La ciudad de Chrastava
La historia de la ciudad de Chrastava es larga y rica. La primera mención de su existencia se ecuentra en un libro de pagos de diezmos de 1352, donde aparece bajo el nombre de Cratzauia. De ese registro se puede inferir que en ese ano Chrastava era una población relativamente grande, mucho más grande, por ejemplo que la vecina Reichenberg (Liberec). El principio del desarrollo de la ciudad data probablemente de medidos del siglo XIII, cuando el rey checo Pøemysl Otakar II invitó a esta región - que en aquel entonces era una zona fronteriza desploblada - a colonos de los países veccinos para que desarrollaran y trajeran provecho a todo el país. Se supone que ya antes, en la región chrastavense había poblaciones de la etnia eslava Vendo-Soraba. En esta región, mineros procedentes de la ciudad sajona de Pirna, fundaron la ciudad de Chrastava y en los alrededores extraían metales, por ejemplo cobre, zinc, plomo, plata, hierro y otros.
En la época de Juan Hus Chrastava se convirtió en un punto de salida al exterior por los llamados caminos hermosos, los cuales eran vías usadas por los husitas para atacar al enemigo en su propio territorio y hacer proselitismo. Probablemente había un castillo de madera en una loma en el centro de la población que pertenecía a Mikuláš de Kajšperk, quien aprovechó el caos de esos tiempos para realizar correrías de pillaje a la vecina Lusacia (Sajonia). En 1433 el castillo fue arrasado por el ejército de la Liga de las Seis Ciudades, la cual cual era una alianza comercial y militar de seis poblaciones lusacianas y silesianas, a saber: Kamenz, Löbau, Bautzen, Zittau, Görlitz y Lauben (Lubañ). Lo mismo que el castillo, fueron destruidos el ayuntamiento, la iglesia y casi toda la ciudad. Largas décadas después, la ciudad entró en una gran crisis relacionada con la éxodo de la población, contracción del comercio y la decadencia de los oficios.
Del siglo XVI al XVII la extracción de minerales súbitamente entró en crisis. Las montanas de los alrededores ya habían entregado la mayoría de sus existencias y la mayor parte de los pobladores de Chrastava tuvo que buscar nuevas fuentes de existencia. Así aparecieron las primeras manufacturas – talleres domésticos orientados principalmente a producir textiles y otros productos de menor importancia. Con ello se crearon las bases de la industria textil, cuyos comienzos reales datan de 1815, cuando fue fundada la primera fábrica Pollack que se encuentra en el actual parque que está cerca de la iglesia. Durante un siglo el número de manufacturas se incrementó en más de diez.
En 1855 Chrastava se convirtió en ciudad distrital. Este hecho, junto a la apertura de la línea ferroviaria Zittau – Reichenberg (Liberec) en 1859 favoreció el rápido desarrollo, no solo industrial sino también el cultural. En la ciudad había una serie de diferentes sociedades, y en los alrededores - restaurantes campestres, etcétera. El juzgado distrital comenzó a funcionar en 1870.
Después de la firma del Pacto de Munich, la República Checoslovaca perdió una parte significativa de su territorio – Los Sudetes. Chrastava estaba precisamente en este territorio, por eso se convirtió en parte del Tercer Reich. La ciudad fue incorporada a la producción de guerra. En la fábrica Spreewerk (cerca de la estación ferroviaria) se producían granadas y otras armas. Fueron explotados principalmente prisioneros de guerra, más adelante los llamados movilizados forzados y también mujeres de un campo de concentración no lejano. En las cimas de las montanas que están directamente sobre la fábrica, todavía hoy es posible encontrar restos de un funicular que transportaba materiales peligrosos a talleres extramuros para su terminación. Es posible encontrar gran cantidad de metales que – afortunadamente – no aclanzó a ser transformada en mortales municiones, porque el 9 de mayo de 1945 llegaron a Chrastava los tanques rusos, los cuales la ocuparon sin lucha. De esta manera terminó la guerra más destructiva de la historia de la humanidad. Nadie ha realizado ninguna investigación sobre cuánta gente fue asesinada durante la guerra en Chrastava.
Las crueldades aparentemente terminaron. Una parte de la población checa volvió a los Sudetes y otros que nunca habían vivido aquí, vinieron a establecerse. Parte de ellos, llenos de odio hacia los teutones, irrumpierió en la ciudad y sin ninguna consideración tiranizaron a la población alemana local. Empezó el llamado ”traslado” de los germanos sudetes a Alemania. Lo peor y lo más humillante fue ante todo durante la primera ola de los ”trasladados”, para los cuales la palabra más clara es ”Vertreibung” o sea expulsión.
El número de la población descendió de más de 8000 (justo antes del fin de la guerra) a menos de tres mil en 1948. Ello significó para la ciudad la decadencia provocada por el arribo de gente sin futuro, que se esforzaba en apoderarse de lo más posible para sí, en una región casi despoblada. El período entre 1948 y 1989 bajo el signo de las estrellas rojas (bajo el socialismo o comunismo), poco después de la guerra, no se favorecía que se crearan ningunas nuevas tradiciones, principalmente entre los nuevos inmigrantes. De ello resulta que a finales de los anos ochenta la ciudad era una población gris, triste, en pésimas condiciones y sin ningún futuro.
Todo comenzó a cambiar entre 1980 y 1990, después de la
llamada revolución de terciopelo. A la dirección de la ciudad
llegó gente, que verdaderamente se
empenó en hacer lo más posible por su ciudad, para que
Chrastava se convirtiese en una ciudad en toda la
extensión de la palabra, con lugares interesantes, nuevas
tradiciones, para que fuese una verdadera ciudad de verdaderos
ciudadanos. El trayecto no ha sido fácil, ha habido obstáculos
y siempre habrá más que soluciones, pero cualquiera que vive en
Chrastava sabe mejor que nadie cuanto trabajo se ha hecho y lo
que todavía nos espera.
La Sociedad de amigos de la Historia de la Ciudad de Chrastava se
dedica a estudiar la historia de de la ciudad, de toda la región
e imprime un boletín de historia como suplemento mensual de la
gaceta municipal chrastavense.
